Mantener el anonimato hoy en día en Internet se hace complicado, en especial con la proliferación de las redes sociales pero también por el excesivo uso y abuso de las cookies y de toda clase de artimañas que ciertas páginas utilizan para guardar información sobre nuestro hábito de navegación. Continuamente surgen noticias sobre empresas de Internet que han abusado de nuestra confianza o de gobiernos que espían a ciudadanos de forma poco justificada. Hay que tener precauciones para proteger nuestra seguridad y, cómo, por ejemplo, mantener a raya tu privacidad en las redes sociales. En este artículo vamos a desgranar algunos trucos y consejos que puedes seguir para proteger tu anonimato en la Web y navegar tranquilo y a salvo.
Aunque no le demos suficiente importancia, nuestros datos personales son importantes. De forma intencionada o por descuido, compartimos en la Web datos e información personal. Además, ciertas páginas tienen métodos para saber qué hacemos o dejamos de hacer mientras las visitamos y utilizan ese conocimiento con mayor o menor ética. Está claro que no siempre vamos a estar seguros al 100% de mantener a salvo nuestro anonimato en la Web, pero hay pautas y herramientas que nos ayudarán a cuidar un poco nuestros datos y hábitos personales en la red.
Mantener el anonimato a nivel local
Empezamos con lo más básico. Tan importante es lo que dejas en Internet tras navegar por la Web como lo que tu navegador guarda tras tu paso por el ciberespacio. Aunque la mayoría conocemos las opciones que ofrecen los navegadores actuales para controlar qué guardan tras navegar por Internet, no está de más recordar que tenemos dos opciones: usar el modo incógnito de los navegadores más modernos o eliminar cualquier rastro de nuestro paso por el navegador.
En primer lugar, las versiones más recientes de los navegadores Google Chrome, Firefox, Internet Explorer, Opera o Safari, por citar los más populares, tienen un modo privado, modo incógnito o como quieran llamarle, que consiste en no guardar constancia de nuestra navegación. En este sentido, no se guarda nada en el historial, ni cookies, ni caché, ni siquiera en el historial de descargas. Este sistema no nos protege de los peligros de Internet, pero sí garantiza que si compartimos nuestro ordenador o nuestro equipo es vulnerable a intrusiones a distancia, no quedará constancia de qué páginas hemos visitado ni qué hemos hecho en ellas.
Por otro lado, todos los navegadores actuales tienen opciones para borrar la caché, el historial, las cookies, las contraseñas guardadas y demás elementos que un navegador guarda, en principio, para facilitarte la navegación, pero en casos concretos puede usarse en tu contra.
Navegar por sitios seguros o de confianza
Otra posible solución, menos drástica que la anterior, es acceder únicamente a páginas de confianza o de las que puedas fiarte. Existen servicios online y extensiones para el navegador que te permiten saber si una página es segura o no, como WOT, una extensión para los principales navegadores que destaca si una página es de fiar o si tiene mala reputación. La información está basada en las puntuaciones de los usuarios de WOT, y tiene en cuenta muchos factores, entre ellos la privacidad.
Por otro lado, puedes hacer uso de herramientas como HTTP Nowhere, que obligan a acceder a páginas con acceso seguro y cifrado HTTPS.
En tercer lugar, y como alternativa a la todopoderosa Google, una de las páginas más usada en la actualidad, es recomendable acudir a alternativas que garanticen el anonimato en la Web, como DuckDuckGo, un buscador muy completo y repleto de funciones y que destaca porque no guarda un historial de nuestra navegación ni otros datos susceptibles de ser usados sin nuestro conocimiento.
Proxies y conexiones anónimas
En Bitelia ya hemos hablado de las conexiones anónimas a través de VPN y proxies. Sus ventajas son, por un lado, que permiten saltarse bloqueos y censuras de ciertos gobiernos y, por otro lado, mantener a salvo tu privacidad al interponerse entre el servidor de la página web que visitas y tu navegador web.
Encontrarás servicios proxy de este tipo gratuitos y de pago, locales y a través de extensiones o plugins. Uno de los más populares es Tor, del que se ha hablado mucho a raíz del espionaje de la NSA norteamericana. Tor es un programa disponible para Windows, Mac y Linux que te permite acceder a una red anónima desde la que navegar protegiendo tu anonimato en la Web. Así, si una página quiere saber desde dónde accedes o las características de tu equipo, se encontrará con los datos del servidor anónimo en vez de tu equipo. Entre las ventajas de Tor, destaca su facilidad de instalación y de uso, totalmente transparente al usuario, ya queconecta automáticamente en vez de obligarte a configurar manualmente los servidores.
Usar navegadores que protegen el anonimato
Otra opción, parecida a la anterior, es usar un navegador especializado en proteger el anonimato en la Web. En concreto, destaco dos, PirateBrowser y Superbird, por ser los más completos y fáciles de usar.
En el primer caso, PirateBrowser viene avalado por Pirate Bay, los responsables del buscador de BitTorrent más popular y del partido pirata europeo. Su último movimiento ha sido ofrecer un navegador para mantener a salvo tu anonimato en la Web. En concreto, PirateBrowser está formado por Tor, del que acabamos de hablar y una versión de Firefox que no requiere instalación, además de algunas extensiones y marcadores para navegar de forma segura.
Por otro lado, Superbird está basado en Google Chrome pero se desmarca de éste en varios aspectos, principalmente no enviar ninguna información a Google en relación a la instalación de Superbird/Chrome y sobre las páginas que escribas en la barra de direcciones. Vía: bitelia
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