Todos sabemos que los productos de Apple son ‘Made in China’. Esto, por desgracia, no significa nada más que abusos y explotación. Muchos trabajadores son estudiantes menores de 18 años que pagan parte de su salario al colegio para poder continuar con sus estudios, o mujeres embarazadas.Todos ellos trabajan más de 66 horas a la semana.
Ante esta situación China Labor Watch ha decidido denunciarlo tras meses de investigación. Ahora, gracias al estudio realizado por este grupo, podemos conocer mejor el duro día a día de los miles de trabajadores de la gran multinacional.
6:30 a.m.: Los trabajadores comienzan su jornada laboral, toca despertarse y esperar el autobús.
8:10 a.m.: Su día en la fábrica comienza con una reunión de 20 minutos, que se repetirá dos veces más durante el resto de día y que no se incluye dentro de las horas de trabajo y por tanto, no están pagadas. Además, deben gritar su eslogan “Cualidad, disciplina y unidad. ¡Soy el mejor! ¡Trabajo duro!” y aplaudir. Si no cumplen el reglamento ‘militar’ que allí se rige, serán amonestados con la pérdida de cuotas.
8:30 a.m.: Tras la reunión, comienza el trabajo que terminará alrededor de 12 horas después. Entre medias, tienen un total de 90 minutos para comer o descansar. El resto del tiempo no podrán hablar, ni estar de pie, ni beber agua, ni usar teléfonos móviles. Incluso, quien termine su trabajo antes de tiempo deberá aprovechar lo que le quede para leer los manuales del trabajador.
9:30 a.m.: Un día normal, la tarea puede ser empaquetar las carcasas traseras del iPad. La cantidad es de 600 por día, o una cada minuto.
10:30 a.m.: Preguntar al jefe si pueden hacer una pausa para ir al baño es todo un atrevimiento. A no ser que se mueran de dolor, nadie está dispuesto a ir.
12 p.m.: Hora de la comida. En el comedor, las comidas cuestan entre 0,33 dólares y 0,81 dólares para el desayuno y entre 0,81 y 1,63 la comida y la cena. No es de extrañar que la comida no sea para nada lujosa, suele ser recalentada y para que engañarnos, suele estar bastante mala. Los miércoles son su día de suerte, con una pieza gratis de fruta.
1 p.m.: Tras una hora de descanso toca volver de nuevo al trabajo. “Si no obedeces, te expondré a un sol abrasador hasta las 12 en punto”, “Qué hijo de puta está hablando?”, “No hables, cállate”, “ Como me encuentre a alguien que no ha limpiado la zona debajo de su asiento, toda la línea de embalaje trabajará durante un tiempo para nada. No metaís al resto en problemas.”
5 p.m.: Tiempo para un pequeño descanso. La zona de trabajo tiene un supermercado, una oficina de correos, un banco, un salón de belleza, librería con acceso a internet, pista de baloncesto y gimnasio… Aunque claro los precios se suben por las nubes.
7 p.m.: Nada de visitas, ni de cotilleos. Prohíbido revelar tu paga o incitar a huelgas, y que ni se les ocurra fumar fuera de las áreas habilitadas.
8:30 p.m.: Una vez a la semana todos los trabajadores tienen que firmar una hoja indicando que han realizado entre 10 y 16 horas extras, aunque en realidad la cifra supera las 20.
9 p.m.: Tras la última reunión y de esperar las medidas de seguridad, toca buscar algo de comida decente en el supermercado.
10 p.m.: Vuelta a los dormitorios. Prohibido las mascotas, el alcohol, sentarse en el balcón, cambiarse de habitación o de cama, tener visitas. Les toca darse una ducha, una docena a compartir entre más de 100 personas.
11:30 p.m.: Hora de dormir junto a sus 11 compañeros de celda, eso sí, pueden navegar por internet con sus móviles antes de caer rendidos. Mañana más, pero seguro que no mejor…
Vía: Marketing Directo /Ixousart
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