Los adolescentes de hoy, adentrados de lleno en el mundo digital, son un reflejo del futuro de la industria de la comunicación, basada en una combinación de la inteligencia creativa y técnica. Pero lo cierto es que este pensamiento tecnológico unido a la inspiración creativa no tiene por qué venir de una única persona, ya que alguien así es difícil de encontrar, sino que cada vez más será necesario que personas con cada uno de estos dos talentos trabajen al lado.
Pronto llegará la muerte de los modelos de agencias de relaciones públicas y publicidad de los 2000, ya que se basaban exclusivamente en decir en un solo respiro cuál será la idea y cómo se puede conseguir con un aspecto bonito. Hasta ahora ésta era su máxima ventaja competitiva, pero la industria de la comunicación del futuro exige que el énfasis se ponga sobre el lado creativo, con la calidad de la idea como el valor más reseñable, en un entorno en el que lo digital y las nuevas tecnologías hacen posible casi cualquier tipo de ejecución que se pueda imaginar, según explica Jono Marcus en The Drum.
Ahora, conseguir la idea en primer lugar será lo que más importe, aunque es esencial que aquellos que creen grandes ideas tengan el equipo, los contactos o la red con la tecnología más sofisticada y el know-how para crear esas ideas imposibles. De hecho, según Faris Yakob, antiguo director de innovación de MDC Partners y socio fundador de Spies & Assassins, el aspecto tecnológico será tan importante que en el futuro los clientes podrán juzgar la creatividad sobre la calidad del código de ésta, y no por la creatividad y el copy final.
Para estos adolescentes, que representan el futuro de la industria de la comunicación, el móvil es el ordenador para la generación anterior. Es decir, no habrá un lugar en la industria del futuro para aquellos que quieran evitar aprender una mezcla de conocimientos informáticos, digitales y tecnológicos. Tendrán que demostrar que entienden lo importante que se ha hecho lo digital en su trabajo y ofrecer una perspectiva sobre ello.
Pero la comunicación del futuro no sólo requiere especialistas en tecnología. En ella se dará cabida a personas con estudios en psicología, antropología o arte. Y es que cada pieza de comunicación que se crea en la era digital vive o muere en las manos del diálogo con una audiencia muy activa y escuchada que actúa como pequeños medios que emiten a millones dentro de sus propias redes digitales. Es clave, en este sentido, entender qué hace a la gente moverse, qué quieren y qué sueñan.
Visto: Marketing directo
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