Fijándonos en los blogueros más populares, los creadores de las redes sociales del momento o cualquiera que tenga una idea original e innovadora, podemos aprender algunas cosas. Sólo tenemos que observar la forma que tienen para trabajar. Por eso hay cinco hábitos que todas estas mentes tienen en común, para bien o para mal. Tomemos nota:
1.Siempre harán preguntas
Aunque ya hemos hablado alguna que otra vez sobre esto, no está de más recordarlo. Hacer preguntas es la base de todo aprendizaje.Y para eso no tenemos que tomar como modelo a ninguna eminencia en el mundo de la creatividad. Con observar a un niño pequeño durante unos segundos, bastará. El fundador de PayPal, Max Levchin, cuenta que él, para nutrirse de nuevas ideas, tiene un sistema que no falla.
Se dedica a hablar con un montón de gente creativa al azar y les hace preguntas acerca de sus oficios. Toma kilómetros y kilómetros de notas en una libreta y más tarde los compila, para empezar a dar forma su investigación. ¿El resultado de dicho estudio? Empresas.
Max asegura que tiene en su garaje una caja con 200 cuadernos de notas esperando a ser llenados de ideas. ¡Cuántas empresas le pueden salir de ahí!
2. Adaptación
El mejor ejemplo sobre este punto es el de Kirthiga Reddy.
Reddy es la directora de operaciones de Facebook India y su logro se basa en que consiguió pasar de 8 millones de usuarios activos a 71 millones en tan solo dos años. ¿Qué hizo para conseguirlo? Adaptarse.
Muy poco les importan a los ciudadanos de la India los tejemanejes que se lleven a cabo en California. Silicon Valley es muy distinto del Taj Majal.
“No estás aquí para hacer lo que te dicen”, dice Kirthiga. “Estás aquí para ver las diferencias entre países y actuar en consecuencia”.
3. Ser un ejemplo
El miedo al fracaso está a la orden del día, en cualquiera de los proyectos que llevemos a cabo. Muchas veces incluso ese temor puede llegar a bloquearnos y no dejarnos hacer nada de lo que queremos.
Un remedio excelente para este miedo es proponerse ser un ejemplo para las personas que nos rodean. El tener en mente que los demás pueden imitar nuestras acciones puede hacer que nuestro propio cuerpo se fuerce a actuar.
Y solo actuando se llegan a conseguir las metas más difíciles.
4. Mantenerse constante
Las incoherencias en nuestra manera de actuar son pequeñas inyecciones de veneno para cualquiera que nos ve. Pero veneno que va directamente a nuestra sangre. Siendo incoherentes perdemos credibilidad e incluso respeto.
El archiconocido Bryan Cranston, de Breaking Bad (o Malcolm, según la edad que se tenga), dice que “se pueden tomar un par de dosis de ese veneno pero, si abusamos, no tendremos ninguna autoridad para reprender a nuestro equipo cuando algo salga mal. Si les preguntamos por qué se torció la cosa, tendrán total libertad para respondernos: porque nos mentiste”.
5. Colaborar
Keegan Michael Key y Jordania Peele cuentan lo complicado que fue fundar su hit, Comedy Central. “Ser divertido es un trabajo muy duro; vimos más de 330 ideas en 82 sketches diferentes. Agotador”
Las cadenas de trabajo son la clave para cualquier proyecto. En este caso en concreto, tenían bien definida la suya.
Un equipo de redacción abría cada idea, con su boceto correspondiente. Trazaban la anatomía del gag. Después, Key y Peele los revisaban, antes de decidir cuales de ellos pasaban a post-producción.
Eso sí, todos los componentes del proceso mantenían una estrecha relación intercambiando ideas constantemente. Participando todos, y sintiéndose realmente una piña, adoptaron la filosofía de “vamos a tirarlo todo contra la pared, y a ver qué se pega”. Cualquiera puede aportar ideas y luego entre todos se decide cuáles son valiosas y cuáles no. Es uno de los mejores métodos para entrenar a un equipo en el arte de la creatividad.
Vía:reasonwhy
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