Los algoritmos que los buscadores utilizan para determinar qué páginas web deben aparecer en los primeros puestos de los resultados de búsqueda tienen en cuenta una gran cantidad de factores. Señales procedentes desde el resto de la red pero también indicadores internos que señalan la calidad del site. Entre ellos, la forma en la que está construido el sitio influye claramente a la hora de optimizar el posicionamiento web.
De la arquitectura de la web dependen tres factores que tienen gran importancia para los buscadores: la rastreabilidad de su contenido, el tiempo de carga de las páginas y la estructura de las direcciones.
Si un sitio no cuenta con una organización clara y estructurada, será más complicado para los robots de los buscadores rastrear cada una de sus páginas e indexar el contenido. Por ello, desarrollar el sitio de manera que nos aseguremos que las arañas de los buscadores pueden encontrar todo el contenido que deseamos que aparezca en el buscador es clave para garantizar un buen posicionamiento.
La arquitectura elegida para una web es determinante para que los contenidos aparezca en la pantalla del usuario lo más rápido posible. Optimizando el servidor sobre el que corre el site, estudiando los scripts que se utilizan o comprimiendo las imágenes se puede reducir el tiempo de carga, mejorando así la experiencia de usuario y la calificación que Google otorgará a la web.
Por último, la estructura de un sitio web determina el tipo de URL internas con las que contará. Asegurarse que éstas facilitan la navegación para el usuario al mismo tiempo que se nominan de forma amigable (incluyendo palabras en relación al contenido en lugar de cadenas de caracteres alfanuméricos sin significado) es necesario para mejorar la posibilidades de aparecer entre los primeros resultados de Google para las búsquedas que nos interesan.
Vía | activainternet
una publicación por IXOUSART.
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